Me paso el invierno dentro de un centro comercial
Y no por motivos consumistas, sino porque dentro no llueve ni hace frío.
Cuando vives en un sitio donde llueve bastante en otoño, primavera e invierno, excepto cuando el cambio climático hace de las suyas, necesitas encontrar un lugar fuera de casa donde tus hijos puedan correr y gastar energía para que no la gasten contra todo lo que tienes dentro de casa (paredes pintadas, juguetes rotos, cojines rajados, objetos volantes a través de la ventana…).
Y claro, llueve, hace frío, y como estás harto de catarros, mocos, laringitis y neumonías, piensas que qué mejor que estar a cubierto en un sitio donde puedes pasear y encima no hace frío, así que tu opción son los centros comerciales.
Esos grandes monumentos del consumismo creados para hacer feliz a nuestra sociedad capitalista. Vale, sí, pero también puedes pasear, ver alguna tienda, que los niños jueguen y pasar una tarde low-cost sin mojarte ni pasar frío.
Vale, cuando yo era niño no existían los centros comerciales y mis padres me sacaban a la calle a correr y no me he muerto. Es cierto, pero no creo que mi madre se lo pasara en grande chupando frío. Ahora tenemos la suerte de poder contar con un sitio cerrado y climatizado donde también poder correr y jugar.
Hay gente que se horroriza cuando le dices que te pasas gran parte de la época de monzones dentro de un centro comercial y te dicen que lo mejor es estar en la calle. No, lo siento, pero para mí lo mejor no es congelarme y mojarme y que luego eso repercuta en más resfriados familiares.
Te dicen que no soportan las aglomeraciones de gente y el ruido… a ver, que esto no es una peregrinación a la Meca, que hay gente y a veces cuesta aparcar, pero no te vas chocando por los pasillos ni la gente está a gritando por todas partes.
Además, siempre mantengo la esperanza de que el sistema de climatización meta aire del exterior, ya que es el único contacto que vamos a tener con “aire puro” las tardes de invierno, porque vamos del garaje de casa al garaje del centro comercial. Vemos cómo llueve desde dentro del coche y el frío que hace mirando la temperatura en el salpicadero. Sería genial que inventaran el teletransporte, porque te evitarías dar miles de vueltas por los parkings de los centros comerciales.
Porque claro, todos queremos aparcar en la puerta donde está la escalera mecánica, rampa o ascensor, porque no queremos agotarnos andando 50 metros más. Y además, como todos queremos aparcar en la misma zona, parecemos tontos dando vueltas con el coche por los mismos tres pasillos en caravana con la esperanza de ser el agraciado que pase justo al lado de un coche que en ese momento enciende sus luces en señal de que va a salir.
Aunque es peor cuando sigues a una persona por medio parking a 2Km/h. para aparcar en el hueco que deje libre cuando se monte en su coche, y lo cierto es que la sigues como si fueras su perro y te estuviera sacando de paseo. Lo mejor es cuando de repente se da cuenta de que se ha equivocado de pasillo y su coche no estaba allí. En ese momento quieres acelerar y decir que fue un accidente.
Pero bueno, lo importante es que al final los niños disfrutan porque están jugando y tú disfrutas porque hasta te puedes tomar un café, no pasas frío ni te mojas, y si todo el mundo es bueno, hasta puedes permitirte el lujo de ser un padre horrible que no piensa en la salud de sus hijos y acabar comiendo unos nuggets en el McDonald’s de turno con la esperanza de que el juguete que te den con tu Happy Meal no lo tengan repetido.
Y yo que lo tengo a tiro de piedra desde casa… creo que me se cada centímetro cuadrado del centro comercial.