«My tailor is rich», dando oportunidades a mis hijos
Los idiomas, esos que tanto se nos han atascado a algunos, son una oportunidad para nuestros hijos.
Muchos han sufrido desde pequeños las clases de inglés o francés en el colegio. Toda una vida estudiando un idioma y luego horas y horas y miles de euros gastados por nuestros padres en academias para que después mucha gente sea incapaz de enfrentarse al problema que supone comunicarte en el extranjero.
Yo veo día a día la importancia del idioma en el mundo laboral, al menos en mi trabajo. Puede que otros padres no lo vean así porque igual no les toca de cerca, pero lo cierto es que conocer idiomas abre puertas, y muchas, y mi responsabilidad como padre es tratar de facilitar lo más posible el futuro laboral de mis hijos.
Sí, aún son pequeños y tienen toda una vida por delante, pero lo que tengo claro es que conocer idiomas les servirá para su futuro, porque los idiomas son para comunicarse, y cuanta más gente haya con la que nos podamos comunicar, más prometedor podrá ser ese futuro.
A veces pienso que igual me salen drogadictos, pero bueno, yo al menos habré intentado darles las mejores herramientas para que puedan tener un buen trabajo. Por supuesto que pensar ahora en un buen trabajo sólo es la parte más racional de toda la educación que hay que dar a unos hijos, pero de otros aspectos ya hablaré otro día.
Conscientes de la importancia que tienen los idiomas, mis hijos han ido a una academia de inglés desde que tienen un año. Lógicamente es un método adaptado a niños que realmente funciona. Mi objetivo principal es que “hagan oído”. Que conozcan desde muy pequeños esos fonemas de la lengua inglesa que a los adultos se nos atragantan para que los asimilen con la normalidad con la que un niño aprende un idioma. Y sobre todo, que lo vean como un juego, como algo divertido.
Y no deja de ser fascinante cuando ves que tu hijo que no llega a los dos años y lleva unos pocos meses es capaz de entender las frases que su profesora le dice en inglés.
Porque el inglés sigue siendo el idioma más extendido del planeta. Puede que no el más hablado, pero sí el que nos puede ayudar en muchos países del mundo. Pero sin complejos, porque habría que dejar de vernos como los más analfabetos del planeta lingüísticamente hablando. En Alemania no todo el mundo que te encuentras por la calle habla inglés, y lo mismo pasa en Portugal o Francia, así que dejemos de ser acomplejados.
Conscientes de la importancia de los idiomas, para nuestro hijo Álvaro elegimos un colegio que imparte un modelo bilingüe español/inglés para que avance en el idioma británico y para que lo asimile como propio. Nunca llegará a ser bilingüe de verdad porque no es su idioma materno, pero en casa procuramos que los dibujos de la tele se vean siempre en inglés. Las aplicaciones educativas del iPad siempre en inglés, y parece que funciona. Miguel con poco más de dos años es capaz de nombrar varios colores con una pronunciación que creo que yo nunca tendré. Es una delicia oírle decir “White”, “Green” o “Red” como si se tratara de un pequeño inglesito.
Por eso, ante la idea de una extraescolar de idiomas en el colegio, hemos optado por el alemán, porque lo consideramos un idioma con mucho futuro, a menos a nivel industrial en la zona en la que vivimos. Ayer Álvaro tuvo su primera clase y vino emocionado diciendo “papá, sabes que “hola” en alemán se dice “Hallo”? Yo estudié tres años alemán en la universidad y lo tengo olvidadísimo, pero me hizo ilusión ver el entusiasmo con el que me decía su primera palabra.
Algunos me dicen que no tiene sentido llevarles a una academia desde tan pequeños para que aprendan inglés porque en el colegio también les enseñan. Bueno, no es lo mismo empezar con un año que con cuatro, les digo yo.
Y también hay niños que nacen con suerte. Mi ahijado Sebas, que tiene la misma edad que Álvaro, vive en Suiza con su padre español y su madre francesa. Lógicamente habla los dos idiomas sin problema, y además chapurrea el alemán que ha aprendido en la guardería. Supongo que el día de mañana no tendrá ningún problema para aprender inglés, y el conocimiento de cuatro idiomas le abrirá muchas puertas.
Y entiendo que esto a muchos padres les pueda parecer una tontería, porque piensan que su hijo no va a salir más allá de su ciudad. Me parece bien, y también me parece bien que mi hijo se quede cerca de mí, pero le voy a proporcionar todas las herramientas que pueda para que si él quiere, la falta de conocimiento de un idioma nunca sea un problema para poder ir a cualquier parte del mundo.