Voy a tener un bebé y yo con estos pelos!
Muchos padres primerizos se agobian cuando descubren que no tienen ni idea de qué necesitarán para su bebé desde el día uno.
Está claro que la llegada del primer hijo es un cambio radical en la vida de sus padres en todos los sentidos, y muchos se encuentran desbordados porque no tienen ni idea de qué necesitarán cuando nazca. Sí, saben que harán falta pañales, cochecito y algún otro detalle, pero se les escapan mil cosas.
Una buena idea es dejarse aconsejar por amigos o familiares que acaben de pasar por la experiencia de tener un hijo y puedan dar su punto de vista sobre qué cosas son imprescindibles, cuáles importantes y qué otras son accesorias o completamente prescindibles.
Sí o sí sin discusión
Lógicamente, en el top de la lista están los pañales. Y generalmente en cantidades ingentes. Digo generalmente porque Álvaro hacía cacas justo antes de comer, le cambiabas el pañal, comía, y vuelta a cambiar de pañal. Y los pañales desaparecían sin darte cuenta. Cada vez que tirabas uno a la basura se oía el ruido de las monedas caer al mismo cubo. Pero luego Miguel hacía cacas cada 10-15 días y usábamos muy pocos. Pero en principio hay que tenerlos y aprovechar las ofertas de los hipermercados de 2º unidad al 70% y cosas así. Lo mejor es probar varias marcas hasta encontrar una que convenza.
Junto con pañales, toallitas húmedas para limpiar el culete. Hay gente partidaria del agua y la esponja. Si tu vida va al ritmo zen, está muy bien. Si tienes una vida normal y no llegas a tiempo a nada, tira de toallita. Cómodo y sobre todo rápido. Mejor usar unas buenas toallitas de marca al principio, que no irriten, que no apesten a alcohol, que tengan crema… Cuando se hacen mayores cualquier cosa vale. Junto a esto, cremas para el culete. Hay de todo tipo: fluidas, pastosas, gelatinosas… y mi experiencia es que depende del bebé, unas van mejor que otras. A mí me gustan más las pastosas porque me parece que protegen mejor por la película que crean en la piel.
Sobre la ropa, depende de la época en la que nazca el niño habrá que usar cosas más cortas o largas, pero básicamente hacen falta bodies. Y preferiblemente de los cruzados que se abrochan por los laterales. Huye de los que hay que meter por la cabeza, porque tu vida será más sencilla, no sólo para ti, también para tu bebé.
Los chupetes son vitales para que el bebé vida relajado y tú también. Álvaro escupió el chupete a los 3 meses y nunca más quiso uno y reconozco que fue duro y lo eché de menos, porque es un arma muy importante para cuando lloran o están intranquilos. Les relaja. De hecho en inglés chupete se dice “pacifier”, que también significa pacificador. Creo que eso lo dice todo. Ahora bien, los hay de mil tipos, formas, materiales,… que si de caucho, de silicona, fisiológicos… un horror, así que compra el que te parezca, o sino, prueba varios.
Bueno, pues con eso y la teta de mamá, ya puedes ir a cualquier parte. El niño tiene el 100% de sus necesidades cubiertas y no necesitas nada más.
Otros elementos que también son imprescindibles
El cochecito para salir a pasear. Primero en el capazo, donde van tumbados porque sus caderas todavía no pueden soportar ir sentados mucho tiempo y porque van más resguardados. Y después se les pasa a la silleta. Como ya comenté en otra entrada del blog hay que armarse de paciencia a la hora de buscar uno. Nosotros acabamos de cambiar el nuestro porque después del paso de Álvaro y Miguel, había quedado para el arrastre.
La cuna. Aquí cada uno da su opinión sobre qué es mejor y qué peor. Existen los de las teorías del colecho, que es dormir en tu cama con tu bebé. Tranquilos, no es normal aplastar al bebé. Yo soy más partidario de usar una cuna, incluso dos. Primero una minicuna que puedes tener junto a tu cama y que se puede llevar por la casa a otras habitaciones, a modo de moisés, y luego una cuna de verdad para cuando son un poco mayores, que según lo que se despierten por la noche, puedes poner en tu habitación o en donde residirán los próximos años de su vida.
La trona es otro elemento vital, pero no necesario hasta los 6 meses aproximadamente, momento en el que puedes sentar a tu bebé. Es vital porque en algún sitio tendrás que sentar al bebé para que coma. Yo soy partidario de tronas evolutivas que van creciendo con el bebé, como la Stokke. Es interesante un tipo de trona así porque se van adaptando y luego sirve de silla para cuando son mayores, pero todavía no llegan bien a la mesa usando una silla de adultos. Hay modelos desmontables o adaptables a sillas que pueden venir bien cuando sales por ahí, incluso la famosa trona de Ikea que vale 13€ y que nos sirve si nos vamos de viaje porque ocupa poco desmontada.
Otro imprescindible es la silla para el coche, aunque claro, depende de si tienes coche. Pero si lo tienes, es vital. Primero porque lo dice la ley, y segundo, por seguridad de tu bebé. Lo de las sillas de coche también es otro mundo, y ya he escrito en más de una ocasión sobre el tema. Mi consejo es comprar una silla para la edad del bebé, no una silla que se adapte a todas las edades a base de reductores, es decir, un grupo 0/0+, que sirve hasta los 10/13Kg., lo que corresponde a los 10-12/12-15 meses de edad.
Existen grupos 0/1 que teoría sirven desde recién nacido hasta los 18Kg, algo así como hasta los 4 años. Yo si me compro un casco de bici quiero uno que se adapte al tamaño de mi cabeza, no quiero comprar uno grande y luego meter reductores, que no dejan de ser cojines, para que rellene los huecos. Aunque como en todo, hay modelos y modelos. Hay modelos que realmente sirven desde recién nacido y otros que te dicen que sirve, pero salta a la vista que el bebé viaja inseguro en una silla así.
Ahora bien, es muy muy muy común ver a padres que meten al niño en la silla para el coche, mal llamada Maxicossi (es una marca de sillas) y que la sacan del coche cuando llegan a su destino y la colocan en la estructura de su silleta de paseo. MAL. Un niño no debería ir en ese tipo de asiento más de hora y media o dos horas. Es el mejor apaño para viajar por simple seguridad, pero no para pasarte toda una tarde paseando de tiendas con el bebé dentro. El bebé fuera del coche tiene que ir en el capazo, aunque sea un incordio meterlo y sacarlo del coche, pero es lo mejor para él.
Y bueno, el biberón para cuando son mayores, porque cuando comen purés y sólidos, también necesitan beber agua o zumos o incluso leche si no pueden continuar con la lactancia materna, algo que visto los permisos de maternidad, cada día es más misión imposible.
Importantes, interesantes, pero no son vitales
Pasando a los elementos muy importantes, pero que no te morirás si no los tienes, está por ejemplo el cambiador. También los hay de mil tipos, tamaños, diseños, materiales, precios, pero en el fondo es una superficie horizontal alta donde poder poner al bebé para cambiarle el pañal o vestirlo. Viene muy bien, pero también puedes hacerlo encima de la cama, aunque puede que te dejes la espalda agachándote tanto.
La bañera, muy práctica también porque no necesitas llenar entera tu bañera de casa para el bebé. Las hay con patas o que se meten dentro de tu propia bañera, incluso con pequeños asientos para que el bebé esté recostado. También las hay hinchables que te pueden salvar de un apuro si vas de viaje. Y una cosa muy interesante que vi hace tiempo, una especie de barrera de goma que se adapta a la bañera de casa a modo de compuerta para reducir su tamaño y que no tengas que llenarla toda.
La hamaca, otro elemento importante pero no vital. Es un buen lugar para que el bebé esté recostado y vea el mundo que le rodea y juegue. Sirve para unos meses, porque en cuanto pase de los 6-7 querrá estar tirado por el suelo haciendo prácticas de gateo. Unido a esto están las mantas de actividades, que son un espacio de tela acolchado con elementos para que el bebé juegue. La desventaja es que no lo tienes atado y controlado como con la hamaca.
Y llegamos al mundo de los esterilizadores. Está bien que el bebé no enferme y está en nuestra mano que no viva en un mundo lleno de gérmenes, pero sin pasarse. Hay padres que viven obsesionados con estas cosas y esterilizan chupetes y biberones varias veces al día y desinfectan juguetes y todo con lo que entra en contacto con el bebé. A ver, limpieza sí, pero no hay que convertir nuestra casa en una burbuja. Está bien que el sistema inmunitario del niño empiece a trabajar, porque si se aburre, es cuando empieza a identificar como sustancias letales y perniciosas el polen y chorradas así, y es cuando surgen las alergias a todo. Y claro, luego van a la guardería o se juntan con los primos a jugar y se pegan todo.
También he de decir que los padres primerizos viven más obsesionados con estos temas y es normal. Conforme tienes más hijos, reduces tu umbral hasta llegar al punto de “bueno, si el chupete no ha pasado más de 5 segundos en el suelo, no pasa nada” o “si no lo han visto caer más de tres adultos, tampoco pasa nada”
Otro elemento muy importante pero no vital es el termómetro, para saber si nuestros hijos tienen fiebre y hay que llevarlos al médico. Siempre puedes poner tu mano sobre su frente y ver si está caliente, pero los humanos no tenemos la capacidad de cuantificar la temperatura por contacto y claro, si vas al médico, lo primero que te va a preguntar es qué temperatura tenía el bebé. No es lo mismo 37,2ºC que 38,1ºC. Un pediatra te dirá que lo primero es febrícula y lo segundo fiebre, aunque para mi ambas han sido fiebre toda la vida, pero estos médicos supongo que tienen que justificar sus seis años de carrera inventando palabras nuevas :-).
Cosas que si las tienes bien, y sino, casi mejor
Y ahora llegamos a la parte de las chorradas varias que a unos les parecerán las más importantes de sus vidas y otros nos las habrán usado nunca. Yo doy mi punto de vista de cada una, pero como digo, son totalmente prescindibles.
El cojín de lactancia es un cojín con forma de churro y con relleno de cojín que sirve para colocar al bebé encima cuando la madre le da pecho para que esté más elevado. Lo mejor es que te pueden cobrar 60€ por un cojín salchichero, pero hay gente a la que le irá bien, o eso dicen.
Con el tema del porteo, hay gente que usa mochilas, fulares y cosas de ese estilo para llevar al bebé encima. Conozco gente que usa estas cosas todos los días, pero son los menos. Sinceramente me parece recomendable para momentos muy concretos como aglomeraciones donde no se pueda ir con el carrito o lugares donde es complicado acceder con uno. Fuera de eso, creo que es algo completamente prescindible. Y eso que nosotros tenemos una de las que se puede usar sin problema con recién nacidos, que por cierto la mayoría no deberían usarse, pero la hemos usado relativamente poco.
Los vigilabebés, para mí son súper prácticos, pero no son para nada necesarios. Los hay con sonido o también con vídeo si quieres ver a tu bebé además de oírlo. Luego los más sofisticados hasta te informan de la temperatura o la humedad de la habitación, pero en el fondo su función es oír si el niño llora mientras estás en otro sitio. Incluso hay modelos que permiten conectarse desde el móvil estando fuera de casa.
El contenedor de pañales, otra cosa que puede ser útil pero que si no tienes no pasa nada. Básicamente es un pequeño contendor que suele tener un rollo de plástico donde se van envolviendo los pañales después de usarlos. Está bien porque no apestas toda la casa hasta que tiras el pañal al contenedor de la calle. Con Álvaro lo usábamos a todas horas, con Miguel como casi nunca hacía caca, podíamos tener un pañal una semana olvidado hasta que tenía vida propia, y como perdimos la costumbre, ya no lo hemos usado con Marina.
El móvil, y no hablo del iPhone, sino del mecanismo con muñecos e incluso música y luces que se pone en la cuna para que el bebé lo mire y se duerma muerto de aburrimiento. Con algunos bebés es muy efectivo, otros lo ignoran.
Y finalmente la mayor chorrada del mundo, un robot de cocina para bebés, y no para que lo manejen ellos, sino para hacerles su comida, con funciones tan interesantes como rayar, hervir, cocer… vamos, que te preparan cualquier puré por 100€ que vale el más barato. En definitiva es como una thermomix reducida y pequeña con muchas menos funciones y con el único objetivo de hacer purés.
Además de estos, hay montones de cosas más o menos inútiles según el gusto de cada uno, o de gran utilidad pero quizá cuando son mayores. Cada uno tiene que valorar qué cree que va a necesitar, y sobre todo, dejarse aconsejar.